La reunión había sido acordada, pasó mucho tiempo desde el último concierto juntos. El bar de Asterion era un lugar de buenos recuerdos para todos, el viejo minotauro ama la música y un reencuentro de los Wilburys es algo especial. Esto pensaba al viajar Kyuss, Tiefling de piel azul y ojos dorados, tirado en una carreta mirando las nubes pasar. Pero algo le preocupaba. Hace unas noches tuvo un sueño perturbador que se sintió extrañamente real. Se hallaban todos en una taberna, bebiendo, zapando y cantando, cuando de pronto llega Spike y les cuenta la historia de un reino donde la música ha muerto, ya nadie canta, baila o hace música. Entre bromas y apuestas deciden ir a ver que ocurre, asique emprenden el viaje. Al llegar, se disponen a tocar en la plaza central de la ciudad, a la sombra de la montaña coronada por el castillo del rey. Pero todos los instrumentos suenan desafinados, las voces se quiebran, y les es imposible hacer música, todo lo que logran producir es ruido sin armonía. Extrañados por el suceso se ponen a investigar entre los deprimidos y ojerosos habitantes que encuentran, y finalmente investigan el castillo donde encuentran un portal del que emana desesperanza y depresión. Mientras lo estudian, el portal repentinamente se abre, transportándolos a un plano en el que son atrapados sin voluntad ni fuerzas para moverse siquiera.
Luego, Kyuss ve a Spike, que le dice "Help". Y despierta.
Todo es olvidado cuando está a la vista la taberna. Es una de esas viejas y amplias tabernas, con una buena chimenea con sillones para contar historias perdidas en las sombras de la noche, con viejas y gastadas sillas de roble y hasta un escenario en una esquina. Apenas es mediodía, pero ya varios habían llegado: el semielfo Boo Wilbury, el Leonin Buster Sidebury, el fauno Dopulun, el gnomo Yetro Tools, y el semielfo Jetrho Wilbury. Abrazos (besos) y los tragos y la charla fluye largamente. "Hagamos que todos sepan del concielto" dice Yetro, y sale y comienza a gesticular unos pases mágicos mirando el cielo. Las nubes comienzan a reordenar sus formas lentamente, de tal manera que cualquiera que mire hacia arriba puede leer "Los Wilburys en concierto, esta noche en la taberna Asterion!"
Ya a la tarde comienza a llenarse la taberna, y todo es música y alegría por el reencuentro, la gente emocionada corea y las bebidas no paran de salir, Asterion sonríe al otro lado de la barra. Cuando el concierto termina, los bardos se mezclan entre la gente y sigue el festejo dentro y fuera de la taberna, hasta altas horas.
Al dia siguiente, cuando logran despertarse comparten un desayuno tardío. Kyuss relata el sueño que tuvo en el que Spike le pedía ayuda, y todos se lo quedan mirando. Todos tuvieron el mismo sueño. No parece una coincidencia, asique consultan a Asterion acerca del reino del sueño que recuerdan. El barman minotauro luego de escuchar los detalles les confirma que existe un reino con esas características al sur, a unas dos semanas de viaje en carreta. Yetro propone construir una, pero Jetrho le gana de mano comprando una carreta (algo destartalada) con dos caballos.
Parten, el viaje es largo pero el tiempo les ayuda para ponerse al día después de tanto, y hacen música mientras viajan.
Por fin llegan a tener a la vista, a lo lejos en el atardecer, el castillo de sus sueños! Dopulun saca su flauta para festejar con una canción, pero... la música suena desafinada. Se miran entre si, y cada uno saca un instrumento y prueba por su cuenta, con el mismo resultado. "Tal vez sea algún extraño efecto mágico, pero nunca vi algo así" dice Boo "Probemos algo" y acto seguido castea un refugio mágico para que todos pasen la noche, con la particularidad que ningún efecto mágico puede extenderse dentro de el. Vuelven a probar, y la música suena fluida y armoniosa otra vez. Intrigados, pasan la noche.
Al día siguiente llegan a las puertas de la ciudad. Están abiertas y no hay ningún guardia, la entrada se ve descuidada por demás, plantas silvestres crecen en el camino sucio. En los árboles alrededor se ven unos pájaros grises y negros, pero no se escucha ningún canto.
El grupo de bardos avanza lentamente con la carreta. Se cruzan con algunos pobladores, todos se ven ojerosos y abatidos, y al ver la carreta y sus ocupantes cambian de rumbo evitándolos. Pero un hombre se les acerca agitando su puño iracundo "Fuera! Lárguense de aquí!!! La vida ya es bastante mala como para que encima vengan y lo enfurezcan!!!" Otros hombres se acercan amenazantes, sin decir palabra pero como listos para apoyar al que habló. Boo reacciona rápido, y castea agitando con disimulo sus manos un conjuro que induce el miedo en los aldeanos, haciéndolos dudar atemorizados y confundidos. En ese momento se escuchan pasos de botas militares acercándose, y pronto tienen delante una dotación de soldados, que se nota hacen un esfuerzo por permanecer firmes, pero parecen extenuados. Los aldeanos se alejan, mientras que el capitán les indica que abandonen la ciudad, pero Dopulun logra convencerlo de que les otorguen la oportunidad de tener una audiencia con el rey.
Van al castillo, y los guían hasta una sala enorme, con un estrado y un trono blanco. El capitán va en busca de un consejero, que los mira con desconfianza "Esperen aquí". Pasan los minutos. Cuando vuelve el consejero, lleva de la mano a un hombre con una corona dorada fina, al que cada paso parece costarle mucho, su frente surcada por arrugas de preocupación, sus ojos con negros marcos de ojeras. Finalmente logra sentarse en el trono, su mirada perdida se enfoca en algún punto más allá del grupo de músicos. "La última vez que vi gente como ustedes... todo empeoró". Antes de que puedan preguntar, continúa, como hablando para sí mismo, casi un susurro "Nos gobierna desde nuestros sueños, somos sus prisioneros, todos, todos..."
Buster tose aclarando su garganta "Majestad, estamos aquí en busca de un buen amigo nuestro, Spike Wilbury, pero por favor, si podemos ayudarlo en algo..." El rey mueve su mano y sacude la cabeza reacio, como queriendo rechazar la sugerencia con un gesto. Entonces todos se unen a la protesta, y el rey parece tan cansado que ya ni intenta discutir, simplemente mira a su consejero y asiente, encogiéndose de hombros, y apoya la cabeza en su brazo izquierdo sin volver a mirar a sus peticionantes. El consejero se acerca al capitán de guardia y le dice algo al oído, que hace que el capitán los mire severo. "Síganme" les dice.
Los guía por un pasillo y toman unas escaleras que descienden hacia unas abandonadas mazmorras. El ambiente es húmedo y frío, y los pasos resuenan contra la piedra. Sosteniendo dos antorchas, el Capitán de la guardia avanza rompiendo la oscuridad. Al llegar a una arcada con otras escaleras descendientes, el Capitán se detiene. Puede verse el cansancio acumulado en su rostro, y algo mas... miedo. Mirando hacia la oscuridad delante dice "Los que bajaron aquí nunca subieron... Sigan derecho, es al final" dicho lo cual entrega una de las antorchas a Jethro y se da media vuelta para volver, con paso más apurado que marcial.
Asique bajan y siguen. Al final del largo pasillo se ven dos puertas enormes de madera oscura, entreabiertas. Al atravesarlas encuentran una fuente de luz hacia el fondo de la amplia cámara, no hay duda que es algún tipo de portal. Pero también se dan cuenta que no están solos. De entre las sombras surgen unos seres humanoides, oscuros y andrajosos que se mueven lenta pero decididamente hacia los bardos, y los atacan! desesperados, estos se defienden con sus armas y su magia, evitando utilizar su música porque es obvio a esta altura que algo bloquea todo lo que tiene que ver con ella. Kyuss apenas tiene tiempo de reaccionar, lo rodean y golpean hasta casi hacer que pierda el conocimiento, y para peor siente que su cuerpo se entumece y paraliza. Por suerte Yetro envía a su homúnculo, un extraño ser gris alado parecido a un mono, que lo cura, por lo que Kyuss rápidamente acciona sus botas mágicas para escapar del alcance de los monstruos y conjura un psionic blast impactando en varios. El homúnculo se aleja y comienza a revolear unas esferas que impactan en los bardos con una nubecilla blanca, Kyuss está a punto de gritarle algo pero luego de cada impacto los movimientos de los receptores aumentan considerablemente su velocidad. Todavía aturdido por los golpes, decide conjurar un fuego faérico para ayudar a sus amigos a impactar sus ataques sobre los seres, pero el casteo incluye a varios de los bardos también. Afortunadamente para el, la batalla estaba terminando y nadie lo reprocho demasiado.
La batalla fue dura, y aún queda atravesar el portal. Boo se concentra y crea su pequeño refugio mágico, y charlan mientras cenan algo de pan, queso y vino que Dopulun siempre lleva. Pero esa noche lo logran descansar. Todos sufren pesadillas horribles y se levantan exhaustos. Todos los preparativos les cuestan el doble, pero finalmente atraviesan el portal, en busca de su amigo.
El portal da a un plano en el que ven un cielo tormentoso arriba... y abajo. Se encuentran en una especie de plataforma de roca flotante, y se ven varias más de diferentes tamaños, barridas por el viento, que guían a una plataforma mayor, en la que hay un árbol negro, muerto y retorcido.
Detrás del árbol, ven un monstruo, que les da la espalda, concentrado en la plataformas cercanas. En ellas, atados, ven varios humanoides de diferentes razas, entre los que se encuentra Spike y otros músicos amigos que logran reconocer, todos están en una especie de trance, ajenos a lo que pasa alrededor. El monstruo es enorme, de forma vagamente humanoide recuerda en aspecto de un gigante, pero en carne viva, mostrando tendones grasosos gruesos como serpientes, con una cabeza llena de múltiples cuernos óseos, una boca sin labios llena de largos y afilados dientes y sin ojos a la vista.
Kyuss se esconde detrás de unas rocas y castea un conjuro de invisibilidad, mientras el resto de sus compañeros adoptan posiciones de combate. Antes de esconderse, logra ver a Boo casteando una puerta dimensional llevándose consigo al paladín Buster para enfrentar al monstruo en la plataforma principal. "Agachate!" grita Yetro, porque el monstruo los vio, y uno de sus cuernos comienza a brillar con una luz gris. Un rayo petrificador impacta en Boo, que de a poco siente como su cuerpo se va endureciendo. Buster carga con su martillo pero lo esquiva con una finta. Yetro vuela a la plataforma y lo recibe un rayo rojo desde otro cuerno, que lo hace tambalear. El monstruo sisea con ira, enviando otro rayo a Dopulun que aún está lejos, que maldice mientras conjura un arco del aire. Otro rayo, esta vez azul, busca a Jetrho, pero el semielfo logra esquivarlo. El paladín es impactado por otro rayo gris petrificante, y Kyuss se acerca para darle inspiración y ayudarlo a resistir. Boo activa su capa mágica y todos nos sentimos revitalizados y nos movemos, reposicionándonos en el campo de batalla. Entonces Yetro, el artífice, saca algo de su mochila y comienza a armar un cañón con forma de dragoncito, que dispara e impacta. Los bardos se mueven alrededor como moscas, mientras del ser parten rayos multicolores. Kyuss invisible se acerca y conjura un fuego faérico, con lo que la bestia comienza a brillar con un resplandor verdoso que ayuda a que sus aliados se enfoquen en el ataque: Jetrho el valiente músico guerrero ayuda a Buster y atacan por dos frentes, mientras que Boo da soporte con su magia mientras se resiste a ser petrificado, y desde lejos disparan Dopulun con su arco conjurado y Yetro con su cañón con patas y forma de dragón. El monstruo cae.
La tormenta se intensifica, los vientos barren las plataformas, empujándolos y también empujando a la bestia derrotada. Kyuss logra atarlo y le tiende la soga al paladín Leonin, que asegura el cuerpo en una plataforma. Algunos de los cautivos comienzan a reaccionar, pero otros siguen con la mirada perdida, y no solo eso, se empiezan a ver como los monstruos contra los que lucharon antes de atravesar el portal. Los bardos se ponen a cortar las cuerdas de los cautivos, pero sopla un viento y varios son barridos hacia el abismo. Asique ahora pensándolo mejor, cortan las ataduras y los aseguran con una cuerda para sacarlos por el portal, que lentamente se va cerrando. Dopulun se demora un poco revisando el árbol negro, y encuentra un pequeño tesoro: una capa que asemeja una manta raya, un pergamino con un conjuro (Calm emotions) y varias gemas preciosas y pociones.
Cuando vuelven al palacio, todos los guardias, consejeros y el rey se ven como si se hubiesen liberado de un gran peso en sus espaldas, si bien todos están agotados es obvio el cambio. Spike abraza a sus amigos. todos marchan contentos al ritmo de la canción
Es hora de descansar y luego festejar!